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Contrario a las predicciones, la revolución de la inteligencia artificial en el mundo laboral podría manifestarse de forma más precisa y menos disruptiva de lo esperado. Una investigación reciente publicada por el MIT sugiere que el impacto más significativo no recaerá sobre ocupaciones enteras, sino sobre tareas específicas dentro de ellas. Eso es lo que hacen desde Myuser, una startup que llega con una propuesta de agentes autónomos B2B.
Cuando la IA se focaliza en un número limitado de actividades dentro de una función, liberando a la persona de esas cargas, el empleo en ese rol tiene potencial para expandirse, no contraerse.
Este enfoque refuerza una visión optimista y potenciadora de la tecnología. La IA emerge fundamentalmente como un catalizador de las capacidades humanas, una noticia alentadora que mitiga los temores predominantes sobre un desplazamiento masivo de profesionales.
La adopción y la curva de aprendizaje, sin embargo, no son uniformes. Mientras las grandes corporaciones pueden enfrentar una travesía más larga para traducir la IA en productividad tangible, las organizaciones ágiles y dinámicas están sacando ya una ventaja competitiva decisiva.
Estas empresas están delegando procesos críticos pero repetitivos como la generación de leads cualificados, la administración financiera o la ejecución de campañas de marketing a herramientas de IA especializadas.
El primer agente autónomo de ventas B2B
Ibrahim Hasanov, fundador de Myuser, no solo está utilizando la IA para hacer crecer su negocio, sino que su producto está permitiendo a otras compañías desbloquear el mismo potencial.
La propuesta de Hasanov es un agente autónomo de ventas B2B que, una vez configurados el presupuesto y los criterios de búsqueda del cliente, asume el ciclo completo: desde la investigación de prospectos ideales hasta la concertación de reuniones en la agenda.
La herramienta dedica aproximadamente 20 minutos a investigar cada contacto potencial, analizando perfiles en LinkedIn y X para producir mensajes de correo electrónico hiperpersonalizados. Posteriormente, gestiona toda la comunicación de seguimiento de manera autónoma, respondiendo consultas, enviando recordatorios y reservando citas. Para muchos negocios, este proceso representa el cuello de botella que frena su expansión.
BlueBanc, una fintech de Austin especializada en banca para empresas, colaboró con Myuser para transformar su estrategia de prospección. En apenas 90 días, la tasa de respuesta a sus outreach se incrementó en un 338% y construyeron un pipeline de ventas valorado en 1.8 millones de dólares.
Este éxito se logró mediante secuencias multi-touch automatizadas, donde el agente de IA adaptaba los mensajes de seguimiento con distintos enfoques y propuestas de valor, personalizando cada interacción según el comportamiento del prospecto. El núcleo de Myuser es un motor de IA que no solo automatiza, sino que aprende: monitoriza su desempeño constante y perfecciona su estrategia para cada sector y región.
Los próximos pasos
Según revela Hasanov, la startup está en la trayectoria de convertirse en un «unicornio unipersonal». Su IA escanea una base de más de 400 millones de leads para identificar a los clientes potenciales más relevantes en cuestión de minutos, e incluso maneja consultas técnicas preliminares, involucrando al equipo humano solo cuando un prospecto está listo para concretar una venta.
«Decidimos poner a Myuser a prueba máxima: usamos nuestra propia plataforma como nuestro principal canal de distribución», explicó Hasanov. «Mediante emails de cold outreach altamente personalizados, creados por nuestro agente, conectamos directamente con nuestros primeros usuarios».
Otra empresa, Golance, del sector de los freelancers, aprovechó esta tecnología para el lanzamiento de un nuevo producto. Dirigiéndose a altos ejecutivos y gerentes, y gracias a una profunda segmentación y personalización, lograron un aumento del 27% en nuevos contratos y un ahorro superior a las 40 horas semanales en trabajo manual. Este caso corrobora que la IA, lejos de reemplazar, está redefiniendo el arte de la escalabilidad.
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