La ciencia cuántica revolucionará la inteligencia artificial, ¿estamos preparados?

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Cuando la ONU declaró el 2025 como el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuántica, no fue un gesto simbólico ni una predicción futurista. Más bien, la organización reconoció que los avances cuánticos están acelerándose tan rápidamente que los responsables de políticas públicas, las empresas y los desarrolladores se  enfrentan a una nueva revolución tecnológica. 

A solo tres años de la masificación de la inteligencia artificial (IA) tras el lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI en el 2022, un estudio de Mckinsey confirma que el mercado cuántico alcanzará hasta 97 mil millones de dólares en ingresos para el 2035. Y, para el 2040, la industria llegará a una valoración de 198 mil millones de dólares. 

En este auge, las empresas cuánticas han recurrido a grandes rondas de financiación: IonQ, con sede en Estados Unidos, aseguró mil millones de dólares en una oferta de acciones en julio, y luego recaudó dos mil millones de Susquehanna’s Heights en octubre. Otras, como la finlandesa IQM Quantum Computers, obtuvieron hasta 275 millones de euros en capital de riesgo en septiembre. 

IonQ también adquirió la británica Oxford Ionics, Lighsynq Technologies y tomó una participación mayoritaria en la firma suiza ID Quantique, especializada en criptografía cuántica segura. 

En general, cada vez más actores le apuestan a la innovación tecnológica cuántica para el beneficio de todos. La japonesa NTT, por ejemplo, se asoció con la startup OptQC en noviembre de 2025 para desarrollar computadoras cuánticas ópticas escalables y altamente confiables, con el objetivo de alcanzar un millón de qubits para el 2030. 

“Se ha hablado de la tecnología cuántica por más de un par de décadas. Creo que ahora tenemos buen timing. Gran parte de la madurez tecnológica está emergiendo” dijo Kazu Gomi, presidente y CEO de NTT Research Inc., en conversación con Contxto. 

“No estamos ahí ahora, pero comparado con hace 20 o 30 años- cuando casi todo era teoría- hoy estamos afinando la comprensión teórica para aplicaciones más prácticas. Este es un momento en el que estamos uniendo fuerzas para hacerlo una realidad,” añadió.

Volver a la física: se trata de combinar fuerzas 

A medida que esta ola de innovación irrumpe en el mercado, más pioneros han buscado formas diferentes de implementar físicamente los qubits- las unidades de información cuántica que pueden existir en superposición. 

Según un artículo publicado en el 2024 de Social Science Research Network (SSRN), se han propuesto seis diferentes implementaciones de qubits que actualmente están en desarrollo: superconductores; topológicos; de espín; de tramas de iones; centros de vacantes de nitrógeno en diamante (NV); y fotónicos. 

Los qubits superconductores siguen siendo los más desarrollados, y se basan en circuitos que operan a bajas temperaturas, donde la resistencia eléctrica desaparece y lo cuántico se convierte en la fuerza dominante. Google, por ejemplo, ha recurrido a esta tecnología para su emblemático procesador Sycamore, desarrollado en el 2019. 

Las metodologías topológicas, de espín, de trampas de iones y los centros NV siguen siendo limitadas. Pese a sus ventajas teóricas, muchas aún esperan validación experimental, ofrecen capacidad reducida, enfrentan problemas de escalabilidad, o aumentan impactos ambientales negativos. 

Los qubits fotónicos, por otro lado, utilizan las propiedades de la luz para codificar información cuántica. Su ventaja radica en que son inmunes a muchos tipos de ruido, y pueden viajar distancias extensas sin comprometer la calidad de transmisión de datos.

Kazu Gomi, presidente y CEO de NTT Research Inc.

De hecho, los computadores cuánticos basados en luz podrían operar a temperatura y presión ambiente, consumir significativamente menos energía, y no requerir dispositivos para su funcionamiento, según NTT. 

Esta transformación se extiende más allá del sector privado. El gobierno de Japón, por ejemplo, también nombró el 2025 como el año de la industrialización cuántica, e inyectó 335 mil millones de dólares para su industria cuántica doméstica. 

Otros, como España, Estados Unidos e India, han hecho sus propias contribuciones, incluyendo una inversión de 808 millones de euros, la introducción americana del Quantum Leadership Act, y el lanzamiento en 2026 de un parque tecnológico “Quantum Valley” en la ciudad india de Amaravati. 

¿Por qué la cuántica importa para la IA?

Los riesgos son altos para las gigantes tecnológicas. Pero, para los usuarios comunes quienes no necesitarán un dispositivo capaz de optimizar problemas logísticos, descubrir nuevos fármacos o ejecutar complejas reasignaciones de recursos, aún más podría estar en juego.  

“La IA nos ha hecho alcanzar los límites del consumo energético,” dijo Akira Shimada, presidente de NTT, durante una conferencia de prensa en noviembre durante el NTT R&D Forum en Tokio. 

“Estoy seguro que usted usa IA de una forma u otra. Cuando escribes un texto, dejas que la IA lo revise para hacerlo brillar, y así sucesivamente. Pero, cada vez que le pides a ChatGPT que haga esto, se consume muchísima energía detrás de bambalinas,” agregó Gomi. 

“No está pagando mucho por usar ChatGPT. Pero, al final, el precio real que paga es el impacto ambiental.”

La energía necesaria para mantener los sistemas de IA en funcionamiento aumentó de 2.699 megavatios a finales de 2022 a 5.341 a finales del 2023 sólo en Norteamérica, según el MIT. Esta cantidad de electricidad es equivalente a la capacidad energética de países como Uruguay.  

“Podemos deshacernos de los circuitos digitales, por lo que las interacciones naturales entre diferentes tipos de luz pueden formar la base de un nuevo tipo de cómputo para la IA. En lugar de una computadora, básicamente proyectamos luz, y usted podría hacer el cálculo,” explicó Gomi. 

Combinadas, las tecnologías cuánticas e IA remodelarán la estrategia empresarial y las capacidades de toma de decisiones en todas las industrias. La cuántica permitirá aprovechar la IA de formas antes inimaginables, especialmente en los sectores de finanzas, salud, y logística, según un estudio de SSRN de junio de 2025. 

En finanzas, la capacidad superior de procesamiento de la cuántica revolucionará la optimización de portafolios, la gestión de riesgo, la ejecución de operaciones y la detección de fraude; en salud, la cuántica-IA ya ha acelerado los procesos de descubrimiento de fármacos gracias a su eficacia para modelar el comportamiento molecular; en logística, permitirá optimizar cadenas de suministro, superando métodos tradicionales. 

Esta simbiosis no es futurista. De hecho, las tecnologías de IA y cuánticas ya están convergiendo rápidamente, lo que ha permitido acelerar la innovación: la cuántica tiene una tasa de crecimiento de 1,07, la IA de 1,37, pero juntas alcanzan 1,58, de acuerdo a otro informe del 2024. 

La cuántica en América Latina 

Desde el 2023, IBM publica su Índice Anual de Preparación Cuántica, que destaca organizaciones y sectores capaces de capturar el valor de las capacidades cuánticas- y las que quedarán rezagadas.  

Aunque la versión de diciembre del 2025 señala que la computación cuántica está al “borde de la ventaja”- a punto de ejecutar cálculos de forma precisa, económica, y eficiente- los efectos se sentirán de forma diferente según cada industria, caso de uso y país.  

Si bien sectores como finanzas, energía, logística y salud serán los más beneficiados por la computación cuántica en Latinoamérica, los actores deben comenzar a actuar desde hoy mismo, dijo el director de IBM Quantum en la región, Alexandre Pfeifer, a Bloomberg Línea. 

“Retrasarse en la adopción tiene un costo: se pierde el tiempo para lanzar aplicaciones potenciadas por computación cuántica, tiempo para desarrollar capacidades internas, y también talento, ya que los profesionales capacitados podrían migrar hacia regiones y organizaciones que ya están invirtiendo en esta tecnología,” afirmó Pfeifer. 

La tecnología cuántica presenta implicaciones clave para las naciones en vía de desarrollo de América Latina.

Según expertos, la agricultura en la región podría mejorar enormemente gracias a esta tecnología, ya que las variables climáticas y condiciones geológicas podrían medirse con mayor exactitud- eliminando riesgos,reduciendo la dependencia en fertilizantes, y mejorando la gestión de cultivos. 

Empresas latinoamericanas como las brasileñas Itaú y Bradesco, la argentina Globant y el Tecnológico de Monterrey en México forman parte de la Red Cuántica de IBM, que busca reunir a actores en centros de excelencia en investigación y desarrollo de capacidades. 

Otras organizaciones, incluyendo el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Cisco y Finastra, se han aliado con NTT para promover la inclusión digital, la conectividad y el emprendimiento tecnológico de la región. 

Mientras tanto, eventos como la Cumbre de IA Cuántica Perú 2025– realizada del 19 al 21 de diciembre- abogan por el establecimiento de una “hoja de ruta cuántica” que pueda guiar a los sectores públicos y privados mientras se avanza este nuevo paradigma tecnológico. 

A nivel gobierno, Chile declaró en septiembre del 2024 que sumaría convertirse en líder regional de la revolución cuántica a su agenda nacional. El país elaboró un documento guía en consulta con expertos y ha invertido más de 20 mil millones de pesos chilenos (21,55 millones de dólares) en más de 300 proyectos de investigación cuántica.  

Por su parte, Colombia estableció en abril del 2025 un fondo de 4,5 millones de dólares para proyectos de cuántica e IA enfocados en el desarrollo ambiental, social y económico de sus territorios.  

Una región que aún se queda atrás  

A pesar del potencial de esta transformación, persisten los desafíos. América Latina debe superar las limitaciones de financiamiento e infraestructura, educar a su fuerza laboral, retener talento, resolver cuestiones éticas y legales derivadas de la implementación de la tecnología, y fomentar el emprendimiento y la comercialización. 

Como señalan los investigadores Boris Saavedra y Heriberto Acosta del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa, el hardware de la tecnología cuántica, como existe hoy, requiere inversiones costosas. En países como Colombia, Honduras y Venezuela, donde menos del 0.7% del PIB se destina a I&D, es poco probable que la inversión sea suficiente. 

La tecnología también exige talento humano altamente capacitado en mecánica, física y matemáticas avanzadas. Mientras la “fuga de cerebros” persiste- llevando a los gobiernos a ofrecer becas para retener talento- es incierto si la región podrá sostener estos avances. 

Además, las infraestructuras legales también deben actuar de forma proactiva para evitar preocupaciones sobre privacidad de datos y vigilancia. “La posibilidad de descifrar datos antiguos intensifica las preocupaciones sobre un escenario de ‘almacenar ahora, descifrar después’”, señalan los investigadores. 

Y, aunque algunos países latinoamericanos cuentan con leyes rigurosas de protección de datos, otros, como Bolivia y Guatemala, tienen marcos de ciberseguridad poco desarrollados. Ante esto, instituciones multilaterales como el BID podrían intervenir para promover garantías. 

Finalmente, aunque en Latinoamérica abundan los estudios sobre cómputo cuántico e IA, los gobiernos también deben implementar mecanismos eficaces para transformar los hallazgos académicos en historias de éxito reales en el mercado.  

Las startups de deep tech exigen retornos de inversión a largo plazo, mientras que las tendencias regionales de capital se enfocan en sectores de rentabilidad más inmediata. Esta visión a largo plazo y planificación estratégica podría ser la pieza faltante para lograr un salto cuántico exitoso en la región. 

¿Ahora qué?

Mientras la preparación organizacional ha avanzado en los últimos años, los actores enfrentan habilidades cuánticas insuficientes, tecnología inmadura, cronogramas poco claros, y hardware costoso, según IBM. 

Como el resto del mundo, América Latina tiene una oportunidad única para mejorar las habilidades computacionales de su fuerza laboral, invertir en sus emprendedores y académicos, fomentar culturas de colaboración con empresas cuánticas globales, y desarrollar programas interdisciplinarios para prepararse para el inminente salto cuántico. 

Ahora, la pregunta no es si la revolución cuántica llegará, sino quienes estarán listos cuando lo haga. 

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