Tras un trimestre en el que México logró superar a Brasil en financiamiento venture por primera vez en más de una década, la historia dio un nuevo giro. Brasil no solo recuperó la delantera, sino que lo hizo con fuerza, marcando una reactivación significativa del ecosistema en la región.
Según datos de Crunchbase, las startups con base en Brasil levantaron $692 millones de dólares en el tercer trimestre del año, un salto masivo del 92% respecto al trimestre anterior. México, por su parte, cayó a $126 millones, una disminución del 71% desde su pico previo. En total, las startups latinoamericanas captaron $1,000 millones en el trimestre, un 21% más que en el mismo período del año anterior.
El regreso del capital para etapas avanzadas
La recuperación no estuvo liderada por el capital semilla, sino por una clara reactivación de las rondas tardías y de crecimiento, lo que sugiere que los inversores están recuperando el apetito por negocios en escala más que por experimentos tempranos.
Las transacciones en etapas tardías y de crecimiento en América Latina sumaron $477 millones en el tercer trimestre, un aumento del 176% interanual. Aunque ligeramente por debajo de los $565 millones del segundo trimestre, esta actividad revela que los fondos globales se están reenganchando con la tecnología latinoamericana, aunque de manera más selectiva.
Mientras tanto, la financiación semilla y ángel totalizó $105 millones, un 34% más que en el trimestre anterior tras meses de actividad moderada, aunque aún un 47% menor que el año pasado. Esto sugiere que el capital para etapas tempranas está regresando gota a gota, pero los inversores se mantienen selectivos.
En conjunto, la mayor ronda del trimestre provino de Omie, una firma de software con sede en São Paulo que ayuda a las pequeñas y medianas empresas a gestionar sus operaciones. Su Serie D de $160 millones, liderada por Partners Group, valoró a la compañía en $700 millones. Fue una de varias rondas de nueve cifras en la región, junto con la de $100 millones de Canopy en Brasil y la de Kapital en México.
Fintech e IA impulsan el rebote brasileño
Las fintech se mantienen como la categoría dominante de inversión en la región, y este trimestre dejó claro cómo las tendencias tecnológicas están convergiendo a su alrededor. «Fintech sigue siendo el sector número uno en financiamiento porque la confianza, el acceso y la agencia siguen siendo los mayores problemas para consumidores y empresas», explica Diana Narváez de Flourish Ventures.
Varias startups brasileñas están integrando ahora herramientas impulsadas por IA para la prevención de fraudes, evaluación crediticia y seguridad, en respuesta a los crecientes riesgos dentro del sector financiero del país.
Esto no es sorprendente, dado que el sector financiero brasileño reportó pérdidas por fraude por R$10.1 mil millones (aproximadamente $1,880 millones de dólares) el año pasado. El resultado es un ecosistema fintech que se está volviendo más inteligente y más regulado al mismo tiempo, una combinación que está atrayendo de vuelta a los inversores institucionales.
Las apuestas recientes de Flourish Ventures en Brasil cuentan esa historia con claridad. El fondo co-lideró rondas para Akua, que está modernizando la adquisición de pagos en América Latina, y para Kamino, una startup de São Paulo que fusiona herramientas de gestión financiera, una cuenta bancaria nativa y una tarjeta corporativa para empresas medianas. También respaldó a Liquid, otra compañía paulista que construye la infraestructura para el crédito inmobiliario.
Las stablecoins toman protagonismo
Mientras fintech e IA acaparaban la mayor atención, los inversores también están observando más de cerca a las stablecoins (criptomonedas estables). Estas monedas digitales están demostrando ser especialmente útiles en una región donde los pagos transfronterizos y la volatilidad cambiaria son desafíos constantes.
Como señaló Dileep Thazhmon, CEO de Jeeves en entrevista con Contxto, las stablecoins están emergiendo como el «caso de uso estrella» para las criptomonedas en América Latina, ofreciendo transferencias más rápidas y baratas. Con Brasil avanzando hacia regulaciones más claras y el auge de stablecoins denominadas localmente y que generan rendimiento, este espacio podría abrir nuevas vías para la inclusión financiera.
Durante gran parte de 2024, la actividad venture en América Latina se definió por la cautela. Los datos del tercer trimestre sugieren que ese estado de ánimo está cambiando. El regreso de Brasil a la cima refleja una confianza renovada de los inversores en las empresas de etapa de crecimiento de la región, particularmente en aquellas que combinan servicios financieros, regulación y tecnología de manera práctica.
Si el segundo trimestre fue sobre el avance de México, el tercero fue sobre la confianza en Brasil: en sus startups, su tecnología y su poder de permanencia en un mercado cada vez más competitivo.
