Contxto – Los accidentes automovilísticos son una realidad común y desafortunada y, producto del error humano. Sin embargo, para Deep Micro Systems de Bolivia, pavimentar el camino hacia calles más seguras y la prevención del mal comportamiento de los conductores es posible mediante el uso de la inteligencia artificial (IA).
Es por eso que los emprendedores en esta startup desarrollaron varios algoritmos para identificar vehículos mediante la lectura del número de matrícula.
Cuando este software se mezcla con la cámara de seguridad (supuestamente de bajo costo) de la startup, se vuelve más fácil atrapar a los automóviles que se pasan la luz roja o que superan el límite de velocidad.
Esta startup, nacida y probada en Bolivia, quiere expandirse a México.
Inteligencia artificial para tener calles más seguras
Sin duda, esta tecnología es útil para detectar a los malos conductores, sin embargo, atraparlos y darles un tirón de oreja con una multa o incluso quitándoles la licencia no es suficiente.
Educar a los conductores es un enfoque mucho más integral para crear conciencia sobre los peligros de conducir mal y de esa forma poder prevenir accidentes.
La IA también podría tender una mano (digital) en ese sentido.
El aprendizaje automático puede ayudar a identificar patrones sobre el mal comportamiento individual y darle a las autoridades un conocimiento más profundo sobre cómo educar mejor a los conductores.
¿Siempre exceden el límite de velocidad porque van tarde al trabajo? ¿O es algo que solo pasa los viernes por la noche cuando es probable que hayan pasado la noche bebiendo? Un algoritmo podría identificar este tipo de perspectivas.
También tiene aplicaciones que mejoran la planeación urbana y el control del tránsito.
Una señal de alto que no se encuentre donde debe estar puede ocasionar accidentes sobre una pequeña intersección en repetidas ocasiones. Un detalle tan pequeño puede ser identificado mediante la IA y el IdC.
Es por eso que el hecho de que las soluciones de Deep Micro System sean de código abierto da la esperanza de que la combinación de sus cámaras con otro hardware o software proporcione respuestas personalizadas a las necesidades únicas de cada ubicación.
Lo único que faltaría en este escenario, aparentemente perfecto, es la garantía de que la data reunida por estos sistemas de vigilancia sea protegida de forma adecuada por los oficiales y por las partes interesadas.
Además, dada la prevalencia de contraseñas como “1234” y “contraseña”, todavía queda un largo camino por recorrer para proporcionar una vigilancia segura que al mismo tiempo garantice la privacidad de las personas.
Sin mencionar los riesgos de seguridad relacionados con la tecnología IdC.
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez
